El proceso de equilibrio entre cuerpo, mente y emoción para la vida sana de las y los músicos

El proceso de equilibrio entre cuerpo, mente y emoción para la vida sana de las y los músicos

Por Mario Rodríguez Piña | Estudiante de la Licenciatura en Música – Educación Musical

El aprendizaje, la enseñanza y la práctica laboral en el ámbito musical demandan el esfuerzo de una persona en muchos aspectos de su vida; no sólo se necesita tiempo y espacio adaptado a sus necesidades, sino, también, una buena gestión de habilidades sociales y emocionales. Debido a esto, el estilo de vida saludable para un músico no se acota a la salud del cuerpo únicamente. La mente y las emociones juegan parte crucial para un desempeño adecuado; sin embargo, no se les da a estos dos rubros la atención suficiente dentro de las instituciones y muchas veces se deja fuera de la instrucción musical profesional. Lo que se propone, entonces, es la búsqueda del equilibrio entre estos tres ejes que conforman al ser humano, lo cual devela un proceso de autoconocimiento, adaptación y autodidactismo que las y los músicos deben acoplar en su rutina diaria.

La técnica del instrumento suele transformarse, por lo general, en una gimnasia mecánica, sustentada en repeticiones, metas de resistencia, y habilidades corporales. El cuerpo y su cuidado son fundamentales en la vida de un músico, pero al darle la prioridad se omiten aspectos como las características individuales del estudiante, el contexto de estudio y la conciencia del cuerpo y sus movimientos. Existen trabajos como el de Conable (2012) que desarrollan la conciencia y percepción del cuerpo. Al tener su base en la técnica Alexander se profundiza en aspectos como puntos de equilibrio y partes del cuerpo (huesos, músculos y órganos) involucrados en la práctica musical. A pesar de que estas propuestas no se sustentan en la psicología, sí tocan de manera tangencial el tema de la expresividad con base en la comodidad del cuerpo, para lo cual, la respiración juega un papel fundamental.

Hay que mencionar también la rama de la musicoterapia que dosifica la música como medio de rehabilitación o tratamiento de diversas condiciones médicas (Lago, Melguizo, & J., 1997). Aunque esta es una actividad generalmente impartida por músicos con conocimientos médicos o estudios especializados, no está dirigida al músico en sí, pero lo que llama la atención es que atiende necesidades físicas, emocionales y psicológicas, los tres ejes que aquí se exponen para brindarles atención y así encontrar equilibrio.

La salud mental es cada vez más mencionada y tomada en cuenta en la vida estudiantil, por ello se ha descubierto que en diversos rubros laborales se encuentra descuidada desde hace ya mucho tiempo. Los músicos se enfrentan a múltiples problemas como la autoexigencia, el perfeccionismo, la competencia, ansiedad, pánico escénico, mala distribución de la carga de trabajo, falta de una orientación, y aunque es grato ver que se le toma en cuenta a la salud mental cada vez más, falta mucho por hacer en tanto a los planes de estudio y la toma de conciencia por parte de las instituciones educativas y laborales donde se desempeña el músico.

El aspecto emocional en un individuo generalmente es trabajado en la educación inicial. Lucy Green (2002) da importancia, en el contexto de la educativo musical, al entorno social y emocional del estudiante, por lo que en sus estudios da prioridad a la música popular, pues es aquella con la que mayor contacto se tiene en dicha etapa, también es con la que se acompaña el desarrollo de la identidad durante la adolescencia. A medida que pasa el tiempo la persona se ve inmersa en un contexto más racional generado por la vida adulta que le impide prestar la atención debida a sus emociones y le exige medirse en términos de productividad.

La vida académica y laboral de una persona exige que se lleven a cabo otras actividades, ya sea de sustento o de convivencia social, por lo que la organización del tiempo es de suma importancia para un músico, sin embargo, se debe tener cuidado de no caer en comportamientos obsesivos o en la necesidad de tener el control de toda actividad. Lo cierto es que, aunque no esté llevando a cabo ninguna práctica de su rubro, las y los músicos no puede dejar de lado sus conocimientos, es por eso que al consumir productos culturales o de entretenimiento demuestran una recepción diferente a la de las personas que no practican la música como profesión, por ejemplo, la recepción de la banda sonora de una película o serie de televisión, en la que se pueden ya distinguir armonías, interpretaciones y análisis. Lo anterior es un buen ejemplo del balance entre el eje emocional y el racional, siempre y cuando no se pretenda “estar trabajando” incluso en los momentos de ocio, mismos que son de suma importancia para la recuperación corporal, la vida social y el flujo de la creatividad. Este último punto generalmente es omitido por las metodologías de estudio, ya que se apela a que el músico sea demasiado productivo debido a la cantidad de años que conlleva el aprendizaje en su carrera; sin embargo, resulta probable que el conocimiento se asimile de mejor manera y se lleve a la práctica si la persona prioriza también su tiempo de descanso como parte fundamental de su quehacer musical y de su vida social, lo cual también repercute en el bienestar emocional. 

Las y los músicos se encuentran siempre en un proceso de búsqueda del equilibrio que no se resume a la dicotomía del trabajo y las relaciones sociales, pues la práctica musical demanda trabajo en todos los aspectos de una persona: su cuerpo, su mente y sus emociones, por ello, para llevar una vida más saludable es necesario, no sólo considerar la salud física, sino dar la importancia debida a la atención psicológica y emocional. Como se mencionó anteriormente las y los músicos deben encontrar plenitud no al final, sino durante un largo proceso que es de adaptación y autoconocimiento.

Bibliografía

Conable, B. (2012). Lo que todo músico tiene que saber sobre el cuerpo. Barcelona: Laertes.

Green, L. (2002). El aprendizaje de la música POP Avanzando en la educación musical. Madrid: Morata.

Lago, P., Melguizo, F., & J., R. (1997). Música y salud: Introducción a la musicoterapia. Madrid: Universadad Nacional de Educación a Distancia .

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